LA MEDICINA ANCESTRAL, I PARTE




Por. Prof. Angel Polivio Japón C

Se llama medicina a la ciencia de curar y prever las enfermedades.

Hombres y mujeres, en todo lugar y tiempo, han tenido la experiencia de estar alguna vez enfermos y ver como un “médico” les ha devuelto la salud. Pero lo que diferencia a hombres y mujeres de diferentes lugares ha sido el método utilizado para curarse.

Las maneras de curar son distintas porque los humanos han creado diferentes culturas, es decir, han inventado modos de vida distintos, diversas formas de relacionarse los unos con los otros, consigo mismo, con la naturaleza y con Dios. No es de extrañar, pues, que las causas de la enfermedad, las formas de detectarlas y sus remedios sean diferentes en cada cultura.

Medicina Andina

Las Medicinas Tradicionales Andinas se denominan aquellas que emergen desde la historia con saberes practicados desde hace cientos de miles de años por tradiciones como la Tupi Guaraní, Los Cañaris, Aymarás, Coguis, Quinuas Los Incas , etc; en los territorios que hoy son las actuales republica de Bolivia, Perúi, Colombia, Ecuador.

Es la ciencia que cura y prevé las enfermedades a la manera de la cultura andina autóctona, la propia de los moradores de la Cordillera de Los Andes.

En esta cultura, el hombre (varón o mujer) está muy ligado a la naturaleza, a la comunidad y al mundo espiritual. Tanto la salud como la enfermedad son consideradas como un estado de equilibrio y armonía entre el humano, la comunidad, la naturaleza y Dios. La armonía y equilibrio permiten y aseguran la salud, en cambio el desequilibrio y la desarmonía traen la enfermedad.

Otro rasgo de esta cultura es la creencia de que la realidad está hecha tanto de aquello que podemos ver, oír, tocar como por todo aquello que está más allá de todo lo visible, como son los espíritus de cerros y quebradas, o sentimientos de odio, angustia. Ambos aspectos no son independientes sino que se influyen mutuamente.



Medicina occidental

Es la ciencia que cura y prevé las enfermedades a la manera de la cultura occidental.
Desde hace unos 400 años a esta parte, en la cultura occidental, en Estados Unidos y en Europa especialmente, se han desarrollado muchísimo la tecnología y la ciencia positiva.

La ciencia positiva solo toma en cuenta lo que se puede medir, contar, pesar, tocar, manipular o probar por medio de experimentos. Basados en ellos han inventado la radio y la televisión, han pisado la luna, han creado computadoras. En el campo de la medicina han preparado laboratorios capaces de analizar distintas partes del cuerpo así como las grandes, caras y complejas máquinas como ecógrafos para realizar ecografías, rayos X, para fotografiar los huesos y partes internas del cuerpo, electroencefalogramas para conocer el estado del cerebro, electrocardiogramas para saber el estado del corazón, los escáneres para detectar cánceres ¡Un gran desarrollo tecnológico!

Las investigaciones científicas apoyadas por la tecnología, han llevado ha pensar al occidental que el mundo es como una gran máquina que está formada por diferentes elementos unidos unos a otros, de suerte que el mal funcionamiento de una de sus partes puede afectar el funcionamiento de la gran máquina.


En la Medicina Occidental el ser humano también es considerado como una gran máquina que en su interior contiene infinidad de elementos perfectamente entrelazados unos con otros. En el caso de que se dañe el corazón, se compone o se cambia por otro. ¿Qué se daña el riñón? De igual forma se compone en base a fármacos o se cambia por otro haciendo un transplante. Los médicos son los maestros y los hospitales son los talleres.

Se trata de conocer, de manera aislada, cada parte del cuerpo humano, su comportamiento físico y químico, y de conocer igualmente a los causantes de la enfermedad, como actúan y en que forma alteran o modifican el correcto funcionamiento del cuerpo.

Por eso los doctores de la medicina occidental son grandes especialistas. Unos son los de dientes, otros del aparato respiratorio, otros de los huesos. Saben perfectamente como reparar las partes dañadas en base a fármacos y cirugías, apoyados en investigaciones físico-químicas y saben también cómo cambiar las partes deterioradas por otras semejantes a través de los transplantes.

El conflicto entre dos culturas

Cuando el hombre blanco llegó a América, Abya Yala para los nativos, lo hizo con una mentalidad de conquistador y no de diálogo. Las tierras que iban conociendo pasaban a ser de los españoles y portugueses, se hicieron dueños de tierras ajenas y los indígenas pasaron a ser sus servidores.

Enseñaron nuevas costumbres y una nueva religión. Pero, a pesar de todo, el indígena o runa ha conservado su cultura y sus costumbres, aunque mezclada ya con expresiones de la cultura occidental.

En el campo de la Medicina es clara la diferencia cultural y también el conflicto. Los doctores son gente estudiada, han pasado años aprendiendo en la Universidad y están convencidos que su forma de curar sigue un modelo científico y, muchos de ellos, consideran la Medicina Indígena como no científica.

Según su criterio las curaciones con cuy, con huevo, el mal aire el espanto, son supersticiones y creencias sin ningún fundamento; por ello, algunos tratan de acabar con la Medicina Indígena y quienes la practican.

La gente se admira de los equipos y la tecnología que emplean los doctores. “Si ha de curar, con todos estos equipos ha de curar bien seguramente”. Así piensan muchos. Ahora bien, si la enfermedad vuelve, se desconfía del doctor, “solo ha dado calmantes”, pero muy pocas veces se duda de la eficiencia de esa manera de curar.

¿Es una ciencia la Medicina Andina?


Según el parecer de algunos pensadores, para considerar si algo es científico o no, hay que distinguir entre el método y el campo.

El “campo” hace referencia al objeto de la investigación. En el caso que nos ocupa: el cuerpo humano, la salud, la enfermedad, los remedios; mientras el método científico se refiere al modo y proceso de obtener datos e informaciones para poder confirmar o elaborar nuevas “teorías”.

En nuestro caso si por ejemplo un niño tiene vómitos y diarrea, seguir un criterio científico significaría experimentar y probar con diferentes remedios hasta conseguir la más completa y rápida curación del niño.

Después de muchas comprobaciones, “mi abuelita esto lo curaba así”, se llega a la teoría de que los mejores remedios serán:

a. Hervir en agua de flor de agua, pelo de choclo, borraja y flor de cana yuya machacada, exprimir, cernir y dar al niño cada rato.

b. Machacar y cernir llullu de cebada y dar de beber en agua tibia.

Este método está continuamente actualizándose: “En mi comunidad se cura así, pero hemos oído que en otro lugar se cura de otra manera”. Entonces comprobamos y experimentamos con el nuevo modo y lo comparamos con el nuestro para luego confirmar o no nuestra teoría o elaborar otra nueva.

Los hombres y mujeres andinos basándose en la observación y en la experiencia tienen conceptos claros sobre las enfermedades, sus causas y sus tratamientos. Si preguntamos a un otavaleños y a un saraguro sobre si el toronjil es una hierba fría o caliente, ambos coincidirán en que es fría. De igual manera, si preguntamos qué partes del cuy quedan afectadas en caso de que un paciente tenga sarampión o qué síntomas tiene el “cogido del cerro”, ambos darán las mismas respuestas.

Estos hechos nos demuestran que en la Medicina Andina sí hay un método científico. Existen afirmaciones, conceptos y principios que se pueden verificar y comprobar.

El hecho de que la ciencia médica occidental no acepte el conocimiento indígena o lo desprecie, no significa que no exista una ciencia médica andina; tan sólo significa que es incapaz de comprenderla.

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